La noche aspira a guardarme algún misterio y como una extraña salgo a caminar. Por las calles silenciosas del suburbio va mi alma, solitaria entre el mundo y las veredas viejas. Buenas noches, me digo, y me invito a beber. Estamos solas, me dije, y te advierto de nada sirve mentirse a uno mismo. El propio espejo y la puerta a saber quien soy, se abrió y me dejó desnuda para siempre.
Salí por el paso más metálico de la noche, a un viaje de encuentro con mi extraño y la magia cautiva de su interior detonó la bomba más preciada de los sentimientos al rozar con mi alma.
Buenas noches, me digo, y me invito a beber. Estamos solas, me dije, y te advierto de nada sirve mentirse a uno mismo. El propio espejo y la puerta a saber quien soy, se abrió y me dejó despedazada por mil partes.
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La Renga - Despedazado por mil partes.
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