Apóstol de los vientos

Es de esos que olvidan cuando les conviene. Aquel pasajero extinto en la sociedad, le cuesta mucho aún pasar desapercibido. Y ella lo contempla convencida.

Es un preso de sus emociones y no encuentra un lugar. Le gusta la música, aunque odia su melodía. Pero que fue de él cuando era joven, y ahora que nadie existe?

Percibió dolor en su infancia, sin hablar del adolescente floreciendo. La barba le creció y el alma se le secó.

Cuando silbaba al alba de sus memorias, repartiendo ofrendas de dolor a aquel Diós que jamás se le apareció. Madre mía, le han robado el cerebro, a donde llegaras querida creadora.

El jovén buscó en sus sueños y ella sólo apareció en fotografias. Que era de aquella mente tan incomprendida vaciada por el tinte de sus ojos.

Le cuesta mirar atrás, es el ego su idolatría. Mece sobre sus piernas las cuerdas de la inocencia pasada y mira por la ventana, hechando una bocanada al abismo. Cuanto miedo mi amigo, acaso contemplas tu propia ira.

No nació con ideologias, si fuera por él ni pensaria. Un tanto mediocre y otro tanto hipócrita.

Hijo de su propio vida, sus padres eran una simple melancolía.

Ahora que es un adulto, envuelto en locuras y desidias se hecha al olvido de cualquier botella, aspirando sueños en una lata de sol.