Dedicado al sentimiento

La verdad estaba perfecta, ya no te guarda rencor, te había olvidado, estaba tranquila, me sentía en paz, respiraba con gracia, soñaba sin tí, estaba en paz, centrada, me sentía valiente, corajuda y cojonuda, como quien diría. Pasó el tiempo sin que vuelvas a mi, te marchaste dolorosamente dejándome en soledad. Aprendí a convivir y valerme de ella.
Durante semanas las lágrimas regaron mi almohada manchanda con el rimel de mis ojos, pero nada era para siempre. Las horas ya se habían esfumado y te quedaste en el olvido de mi alma, eras un simple recuerdo, un mal recuerdo.
Pude maquillar mi dolor con un poco de felicidad y pinté mis días con fé, con una gran fé en mí. A la vez me sentía frustrada por volver a caer en tí, creía que había aprendido con la primera lección, pero apareciste y, nuevamente, jugaste en mi contra, derribándome por completo. Armada de valor te tomé de experiencia, otra salida no había, no existía.
Debes en cuando te hacías presente, pero logré convivir contigo, no eras nada para mí, no estabas hecho para mi y yo támpoco para ti. Se me hizo fácil dejarte pasar, provocándote el olvido. No me desesperaba sentirte debes en cuando, éras más bien una utopía. Supuse que podía avanzar sin tí, sin parar mi vida, mi tiempo y mi esperanza. Me dejaste en claro tus intenciones hace tiempo, y con sufrimiento, odio y vergüenza, acepte tu triúnfo.
Te ví en varias ocasiones, presente y triunfante hacía ambas partes. Me reconfortaba ver como comprendías y alegrabas a los demás. Pero conmigo era diferente, no había felicidad ni entusiasmo... conmigo parecía no haber solución.
Y ahora estoy aquí, tan intacta pero tan pérdida. Haz vuelto a parecer en mí querido, y me entristece verme así, sabiendo que volverá a ocurrir, que volveré a sufrir. Nuevamente me haz invadido y nuevamente será lo mismo...

GRACIAS COMPAÑERA POR SER TAN FIEL A TU INOCENCIA

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