Y me paro frente al espejo intentando buscar una explicación y me hundo en mis ojos que no muestran reflexión. Ahí donde todos ven amor, yo veo odio, donde todos ven calma, yo veo histeria, donde todos ven tranquilidad, yo veo dolor.
Y el alma me explota, me exprime el corazón y tú haces el rostro a un lado, escapando de lo obvio, maquillando la verdad, tapando la realidad. Y el reloj se adelanta y las horas avanzan y yo sigo parada en la cornisa de la cordura, intentando madurar, ayudándome a salir de esas ruinas, que yo misma ayude a destruir y quede atrapada sin respiro.
La piel se me hace arena y las lágrimas parecen eternas a la hora de soñar, pero aquí dónde realmente te necesito, estás ausente, una vez más. Y el pánico aún me inunda y los golpes en el rostro parecen inertes, las heridas ya no sangran y el dolor no me supera. Nuevamente vivo en caos y nadie esta en casa.
Caé el arma manchando el suelo helado de la habitación sombría donde caducan las ideas. La música de fondo aviva el sentimiento y las paredes parecen hablarme, caigo en shock al costado del camino y aún espero que me sometan a la paz...